sábado, 11 de mayo de 2013

Pequeños placeres


¿Qué es el placer ?

El placer puede definirse técnicamente como una sensación positiva o eufórica que surge cuando un individuo satisface una necesidad. Normalmente asociamos estas necesidades con las puramente biológicas como son: beber cuando tenemos sed, comer cuando tenemos hambre, el descanso, el sexo, la diversión,… y así una amplia lista de sensaciones que todos conocemos pues las sentimos y son las más usuales.

Pero a mi parecer el placer va más allá… La gran mayoría de las personas pasan por alto esos “pequeños” placeres que te regala la vida, por encima de los puramente biológicos. Y que tal vez si les prestásemos más atención descubriríamos que no son tan pequeños. Podemos encontrar placer en una mirada, en una conversación, en un simple apretón de manos…

En mi caso encuentro este pequeño placer, en quizás para otros, la cosa más tonta del mundo. Observar a mi perro, mientras come, mientras duerme, mientras corretea por la casa, mientras me mira y me muestra su entrega y cariño hacia mi persona. Y es que como dice el refrán: “El perro es el mejor amigo del hombre”

Aquí os presento a mi gran debilidad: Lache

Un tanto grande como para decir que es mi “pequeño” placer.

Como iba diciendo este pequeño me hace experimentar sensaciones que no cualquier persona puede llegar a entender, pero que aun así pretendo plasmarlo aquí he intentar que por un momento os sintáis igual que yo cuando estoy con él.

La mejor sensación de todas y cuando mejor me hace sentir este renacuajo es tras un largo día de estudio, sin salir de la habitación. Cuando salgo afuera para jugar y distraerme un poco con él hace que todo el estrés y agobio acumulado se esfumen. Lo mejor de todo es ver lo contento que se pone al verme y la fiesta que me hace. En seguida va a coger su juguete favorito para que se lo tire. Sin duda es el mejor momento del día.

Pero no es solo en  estas situaciones cuando mi perrito me hace sentir placer. Esta sensación vuelve a surgir cuando lo llevo de paseo. Me encanta ver lo atento que va cuando pasea y lo pendiente que está de mí. También encuentro gran placer y orgullo cuando la gente lo mira o me dicen: “que perro más bonito”. Y ya esta sensación se intensifica cuando un crío se acerca para tocarlo, la madre no lo deja, un tanto asustada por su tamaño y entonces mi fiel amigo se acerca al crío y se tira al suelo, a sus pies para que lo acaricie. Hay quien piensa que por ser una raza de perro grande y caracterizado por “agresiva”  va a hacerle daño a alguien. Pero lo cierto es que es todo lo contrario, por lo menos mi perro es de lo más cariñoso e inofensivo del mundo.

Otro curioso dato de mi perro es que le encanta comer con mi compañía, tras jugar un rato con él casi que me empuja hasta el casillero de su pienso para que lo acompañe mientras come. Ese momento es de lo más mágico también. Me siento y observo como come, y él siempre atento a mí para comprobar si sigo ahí. Creo que es ese gesto de entrega y sumisión que tiene hacia mí lo que me hace sentirme tan especial y llena de placer cuando estoy con él.

 Justo en esta foto venia hacia mí para que lo acariciara después de haber estado comiendo.

Como veis se encuentra placer en cualquier ínfimo detalle. No debemos generalizar y centrar el placer en simples cuestiones fisiológicas, tenemos que abrir bien los ojos y contemplar todos los pequeños placeres que giran a nuestro alrededor.

Os invito a todos a que igual que yo encontréis aquello que os haga sentir especial. Yo encontré esta sensación cuando este pequeño entró en mi vida. ¿Y vosotros?



“Lo pequeño también se puede hacer grande”

miércoles, 27 de febrero de 2013

101 experiencias de filosofía cotidiana: Telefonear al azar

La gran mayoría de las personas pensamos que para reflexionar es necesario encontrar un tema complicado, del cual podamos extraer mucha información y sea difícil de analizar, pero en el presente libro "101 experiencias de filosofía cotidiana" se nos muestra que no es tan así, se puede reflexionar sobre cualquier cosa, desde la complicada teoría de la relatividad, hasta el simple hecho de telefonear al azar, que es la experiencia que me he dispuesto a realizar. De este modo este interesante libo nos hace ver la capacidad de asombro que pueden llegar a despertar situaciones cotidianas para así renovar nuestra visión de las cosas y de nuestra propia vida.


  •  Telefonear al azar
Antes de empezar se me pasaron mil cosas por la cabeza, entre ellas, por qué había decidido realizar esta experiencia  y no otra, pues había mil experiencias interesantes entres los que elegir. Tras pensarlo, llegué a la conclusión que ésta me había llamado la atención porque eso de telefonear al azar es algo que siempre me ha dado mucho pudor y quería ponerme a prueba a mi  misma para ver si era capaz de hacerlo. 
Al comenzar a leer de qué trataba me sentí incapaz de realizarlo. Pensé incluso en pedir a mi profesor de filosofía que me cambiase el experimento, pero lo pensé bien dos veces y acabé llevándolo acabo.

Es algo muy sencillo, se tarda únicamente de 20 a 30 minutos y lo único que se necesita es un teléfono con línea telefónica. Dicho experimento consistía en lo siguiente:
 
Debía  descolgar mi teléfono y empezar a marcar un número, cualquiera, sin intentar saber ni controlar, simplemente pulsar unas cifras al azar y esperar a ver qué pasa. Lo primeo que tenía que dejar claro si me cogían el teléfono era que le estaba telefoneando al azar, que no se trataba de ninguna broma. Y lo que sucediera a continuación es  imprevisible, desde que te cuelguen en las narices, hasta poder tener una conversación fluida y amigable. La experiencia no consistía en hacer amigos. se trataba de experimentar cuán tupido es el mundo, tan cercano e infinito a la vez.

 A continuación pretendo comentar cuales fueron mis sensaciones al realizar el experimento:

En primer lugar me senté en mi escritorio y cogí el teléfono con las manos, tarde un par de minutos en marcar el número, ya que me daba pudor realizar una llamada a alguien desconocido, pero a pesar de ello me centré y sin vacilar ni un minuto más maqué mi primer número, las únicas cifras que no tecleé al azar fueron 956 ya que quise asegurarme de que no iba a llamar a algún país extranjero, pues no quería sustos en la factura del teléfono a final de mes, aunque pienso que hubiese sido aún más interesante. De haberlo cogido una persona inglesa podría haber practicado mi inglés. De cualquier modo, por cada pitido que daba el teléfono me ponía cada vez más nerviosa, y se me pasaban mil cosas por la cabeza. Desafortunadamente, tras un sin fin de pitidos, nadie descuelga el teléfono al otro lado de la línea. Decepcionada lo dejé en cima del escritorio y medité unos segundos. Lo cogí nuevamente y volví a repetir la misma operación, esta vez con el 956 delante pero con otros números, pero por desgracia mi mala suerte vuelve de nuevo y nadie me coge el teléfono tampoco. Aun así no desistí y marqué un tercer número, y tras cuatro pitidos una señora, de unos 38 años de edad, que deduje por su tono de voz, contestó. Tras explicarle que le telefoneaba al azar, la señora amablemente me dijo que estaba ocupada y no podía atenderme y me colgó. Tras colgar yo también, me quede como en otro mundo, como si me encontrase yo también en la casa de aquella señora y durante unos minutos me  imagine cómo sería la casa y la cara que se le habría quedado. Tras volver en mí, quise repetir la experiencia con la esperanza de que esta vez pudiese tener una conversación algo más larga y fluida. Marqué nuevamente al azar y esta vez al segundo pitido otra señora de la cual deduje por su voz, que era de mayor edad que la anterior, contestó. Con la esperanza de que no colgase tan ligero, le expliqué algo más. Además de decirle que llamaba al azar le comenté que era un experimento de clase y que no se trataba de ninguna broma, También me atreví a preguntarle si sería tan amble de contestarme a dos preguntas, para de alguna forma intentar sacar tema de conversación, pero lamentablemente, la señora algo molesta y de mala gana me contestó con un NO rotundo y me colgó. Nuevamente  al igual que la vez anterior me quede varios minutos como en otro mundo imaginado la expresión de la cara de la señora, su casa y si estaría refunfuñando aún por el atrevimiento de mi llamada.
   

Es interesante analizar la reacción de las personas, en este caso ambas señoras acabaron colgando el teléfono, pero no de igual manera. La primera lo hizo de una forma amble, mientras que la segunda algo molesta y malhumorada. Quizás esto tenga que ver con la edad, la segunda al ser de mayor edad no tenía ganas ni tiempo para aguantar según ella tonterías de una niñata, tomándose pues mi experimento como una broma de mal gusto a pesar de haberle comentado que ni mucho menos era algo así. Si por contra me hubiese cogido el teléfono un chico de mi edad, quizás habría mantenido una conversación algo más larga y entretenida conmigo.

De cualquier modo esta experiencia no consistía en hacer amigos o ligar. sobre lo que realmente es interesante  reflexionar es cuan tupido es el mundo tan cercano e infinito a la vez. Telefonear al azar nos hace saltar instantáneamente de un lugar a otro ¿En qué parte de mi ciudad se encontrarían estas dos señoras?, por pocos minutos me he encontrado con ellas en sus casas. Y no solo se puede saltar de un lugar a otro en tu ciudad, simplemente telefoneando puedes viajar  de un país a otro, si no marcas el 956 claro. Y basta con colgar para encontrarte de nuevo en casa, aunque no de inmediato, ya que como he experimentado siempre quedan ideas de otros lugares flotando en el aire.


Por último añadir que me ha resultado de  lo más interesante realizar la anterior experiencia y que animo a todo lector entusiasta a leer dicho libro. El cual te lleva a ver que las simples cosas también son objeto de reflexión.

 " No todo en esta vida tiene que ser enrevesado, de lo simple también se aprende"











sábado, 16 de febrero de 2013

El escarabajo de Wittgenstein y otros 25 experimentos más


Este fascinante libro recoge 26 de los experimentos mentales más famosos realizados a lo largo de la historia. Antes de nada hay que dejar claro qué es un experimento mental. Pudiendo ser descrito como, pruebas que se realizan con el fin de explorar las intuiciones que tenemos sobre el funcionamiento del mundo. Es un dato muy curioso el saber que todas las ciencias modernas se sustentan en parte de estos experimentos.
 En especial me dispongo a centrarme en el capítulo T del tiempo y los viajes a través de él. El cual me atrapó con solo leer el título. Esta paradoja fue propuesta con el gran Einstein
  • T del tiempo y los viajes a través de él



En este capitulo se parte de la idea de los viajes a través del tiempo, cosas que en ámbito práctico es realmente difícil de realizar ya que no contamos con la tecnología adecuada para realizar este tipo de viajes. Pero esta idea es  alcanzable según la teoría de la relatividad de Einstein. Por lo que en el libro se plantea un experimento mental que se convirtió en uno de los mas conocidos de la historia, el de un par de gemelos que viajan en el tiempo. El primero de ellos hace un largo viaje a una estrella a velocidades similares a la velocidad de la luz, mientras que el otro gemelo se queda en la tierra a la espera de la vuelta de su hermano. Cuando el viajero vuelve pasados 20 años en el cohete, encuentra que su hermano es muchísimo vas viejo que él, lo que quiere decir que en la tierra han transcurrido más años que en la nave. Esto hace que se tenga la sensación de que ciertamente el gemelo de la nave espacial ha viajado al futuro.

Es aquí donde me dispongo a reflexionar ya que se encuentra una paradoja. Podemos comprobar que en este experimento tenemos dos puntos de vista. Si lo vemos desde el punto de vista del hermano que se quedó en la tierra, debemos apoyarnos en la teoría de la relatividad espacial, la cual afirmar que el tiempo transcurre  más lentamente en la nave ya que se ralentiza con la velocidad, esto quiere decir que como propone el capítulo, para el viajero el tiempo transcurre mas lentamente que para su hermano que se quedó en la tierra. Desde el punto de vista del viajero, es la tierra la que se mueve a gran velocidad, por lo que sería su hermano el que tendría que envejecer menos. Es aquí donde aparece la paradoja, ambos esperan ver a su hermano más joven que el mismo. Pero esto no puede ser, o tienen la misma edad o uno es mas joven que el otro.

Este problema fue resuelto por Einsein al formular la relatividad general, y acabó demostrando que, ciertamente es el gemelo de la tierra quien envejece mas rápido, realizando cálculos  matemática que ponen en relación tiempo y velocidad.

Como opinión personal decir que me es baste interesante este planteamiento, ya que gracias a el se puede comprobar la posibilidad de hacer un viaje tanto al futuro como al pasado. Idea con la que se juega en las películas de ficción y que cada uno de nosotros vemos como imposible e incluso absurda. Pero tras la lectura de este fantástico experimento mental nos damos cuenta que si contásemos con la tecnología adecuada estos viajes se podrían realizar a la perfección, pues nuestro universo nos permite eso y más. 

El mundo es un fascinante libro lleno de afirmaciones sin probar, las cuales algún día podremos poner en práctica sin duda alguna.

Para concluir pongo a disposición un vídeo que muestra la simulación de esta paradoja mediante un cuento. 



jueves, 31 de enero de 2013

El sentido del TACTO

El mundo de los sentidos es algo fascinante y en este pequeño espacio me gustaría hacer referencia a uno de ellos. El tacto.

El tacto es uno de los cinco sentidos básicos del ser humano y se encarga de percibir sensaciones que se ponen en contacto con nuestra piel. De este modo podemos decir que captamos tres tipos de sensaciones: La presión, la temperatura y el dolor.
El sentido del tacto se encuentra en la piel y presenta diferentes tipos de receptores nerviosos  que se encargan de transformar los estímulos del exterior en información para que así pueda ser interpretada por el cerebro. Estos receptores son hinchazones en las dendritas de las neuronas, que son sensibles a las tres sensaciones mencionadas anteriormente, además se encuentran en diferentes profundidades de la piel: Epidermis (capa superficial), dermis y  hipodermis (capas mas profundas).

    

Como podemos comprobar en la imagen, la distribución de los receptores es bastante irregular, por lo que en aquellas zonas donde tengamos una mayor sensibilidad, será por la presencia de un mayor número de receptores. Estas zonas presentan a su vez un mayor espacio en el cerebro.
Este sentido es el más subjetivo de todos ya que todo el mundo no percibe el mismo nivel de sensaciones. Esto es debido a la química de cada individuo y  en especial a un tipo de sustancia que produce nuestros cuerpos, denominada endorfinas, las cuales son las encargadas de eliminar el dolor y producir placer. De este modo dependiendo de la cantidad de endorfinas que se generen, así será nuestra sensación.
Por último hacer referencia a lo vinculado que está el sentido del tacto a las emociones. Es muy interesante observar  como una caricia puede hacernos sentir alegres y queridos, o como un tortazo nos pone violentos y de mal humor.


Para aquellos curiosos que deseen saber más sobre este fascinante sentido innato en los seres vivos pongo a vuestra disposición un interesante vídeo: http://www.youtube.com/watch?v=bliJUNEsPh4

miércoles, 16 de enero de 2013

Los sentidos

Durante varias clases de psicología hemos estado tratando y viendo vídeos sobre los sentidos, de modo que en un breve resumen pretendo explicar tres de ellos: vista, tacto y oído.

LA VISTA
El ojo humano es uno de los órganos mas complejos que tenemos, pero a pesar de ello hay mil cosas que pasan por delante de ellos y que no son capaces de percibir ya que el cerebro no capta toda la información que procede de ellos. Esto es debido a que el cerebro tiene un límite y no podemos prestar atención a todo lo que hay a nuestro alrededor. solo 1/3 del cerebro se encarga de la vista.
En el vídeo se hace un experimento con personas a las cuales se les pide que presten atención y cuenten cuantos pases hacen un equipo de baloncesto con el balón  mientras los individuos están concentrados en los pases un hombre disfrazado de mono asa por el medio del campo al ver de nuevo la grabación sin pedir que presten atención a los pases las personas se quedan alucinadas ya que antes no habían visto el mono.


EL TACTO
En todas las zonas de nuestro cuerpo podemos sentir el tacto, es decir podemos percibir sensaciones en cualquier parte de nuestro cuerpo, pero hay zonas mas sensibles que otras, las manos y sobre todo los dedos, es donde tenemos una mayor sensibilidad, por el contrario, donde menos sensibilidad se tiene es en el muslo. En el vídeo se hace un experimento con un aparato que tiene dos pinchos los cuales pueden separarse y ponerlo a más o menos distancia. A un grupo de voluntario se les pincha en el muslo mientras tienen los ojos cerdos y la gran mayoría afirma sentir solo un pincho cuando en realidad se le está pinchando con dos a la vez.
Al igual que pasa con la vista el sentido del tacto tampoco atiende a todo lo que se pone en contacto con la piel, ya que el cerebro no presta atención a todo constantemente, un claro ejemplo de esto es la ropa, no andamos sintiendo la ropa constantemente. Tanto tiene poder tiene el cerebro sobre el tacto que un cirujano dice y a demostrado ser capaz de operar sin anestesia pero ademas sin dolor.
También es interesante saber que cuando esperamos que algo duela nos duele con mayor intensidad que cuando pensamos que no va ha doler.


EL OÍDO
Es muy interesante fijarse como un sonido puede hacernos ponernos nerviosos, alegres, tristes o excitados. 
Vivimos en un mundo lleno de ruidos pero hay algunos que nos afectan más que otros y nos desertan este tipo de sensaciones, la música es un claro ejemplo de esto. Los sonidos que más nos afectan son sobre todo los altos, a mayor volumen más nerviosa y excitadas se sienten las personas
El sonido en si son simple movimientos de moléculas en el aire que son captadas por nuestros oídos y que mediante un proceso se transforma en información que llega al cerebro.
Es interesante sabes que el oído es el único órgano de nuestro cuerpo que no deja de funcionar mientras dormimos pues tiene que estar alerta por si existe algún peligro, por ello nuestros sueños tienen mucho que ver con lo que oímos mientras dormimos.